Como consultora en temas de Gobierno Corporativo me ha tocado desarrollar proyectos interesantísimos en los que la empresa logra plasmar la esencia de sus valores de transparencia y gestión responsable en el Manual de Gobierno Corporativo, en la estructura y operación de la Junta y en su Código de Ética.
Sin embargo, no han sido pocas las ocasiones en la que me he topado con la absoluta negación, por parte de los líderes de las organizaciones, de difundir el trabajo desarrollado y publicar tanto en el site público de la compañía, como en formato impreso, los documentos producidos. Al final he logrado convencerlos de que el temor de ser plagiados por otras empresas no tiene fundamento y que el esfuerzo en definir un marco de acción transparente para la organización, pierde total relevancia si no es extensamente compartido con los accionistas, colaboradores, proveedores, relacionados y público en general.
Analicemos los miedos que me han expresado estos líderes. En primer lugar está el temor a que otras empresas copien el resultado del trabajo. Es imposible que dos organizaciones, aunque desarrollen actividades del mismo tipo, puedan reproducir idénticamente su forma de hacer y ser empresa. Cada organización tiene su propia “personalidad», que se construye día a día con la puesta en práctica de sus valores y la manera como sus líderes la moldean. Las prácticas de Gobierno Corporativo, si bien muchas de ellas están estandarizadas por organizaciones internacionales y se rigen por leyes locales (número de miembros de la Junta, número de directores externos, tipos de Comité, entre otras), representan una instrumentalización de los valores de cada organización, su método para resolver los conflictos, su forma de entender el mercado y la manera como planifican su crecimiento.
El segundo miedo es a la difusión de los documentos producidos. Y aquí el argumento principal es que nadie fuera de la empresa debe conocer de temas que son del ámbito interno de la organización. Todo lo contrario. Las normas de Gobierno Corporativo lo que buscan es una mayor transparencia en la administración de las empresas y ésta no existe sin comunicación clara, oportuna y precisa. Dar a conocer no sólo como se estructura la gobernabilidad en su organización, sino además mostrar los mecanismos de control y los canales de comunicación, a través de los cuales los grupos de interés pueden obtener mayor información, son una clara muestra de la transparencia de la empresa lo que al final se traduce en mayor competitividad, ventajas en el acceso al capital y reputación.
Las normas de Gobierno Corporativo estimulan las relaciones basadas en la confianza y como bien dijo Francis Fukuyama la confianza es la base de la prosperidad. En los mercados altamente interconectados en los que vivimos, la confianza se construye no sólo implementando buenas prácticas, sino comunicándolas a los grupos de interés. Organizaciones transparentes, dispuestas a comunicarse, generan confianza y serán las que liderarán en los mercados futuros.
Una versión de este artículo fue publicada en La Prensa de Panamá el sábado 30 de marzo: http://www.prensa.com/impreso/opinion/gobierno-corporativo-y-comunicacion-diana-medina/166629
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