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Activos intangibles, Gerencia de Crisis, Reputación

Una mentira siempre será una mentira

Contradiciendo una de las más famosas máximas del nazismo atribuida a Göbbels, el maestro de la propaganda, para mi no importa cuántas veces digas una mentira, en algún momento ella se caerá y tu quedarás al descubierto, sin un ápice de dignidad y habiendo perdido el más valioso de los activos que tienen un profesional o una empresa, la confianza de sus audiencias estratégicas.Mentira

No quise hablar de este caso cuando estaba en el tope de la cobertura mediática. Quise dejarlo reposar y ver como evolucionaban las cosas. Y efectivamente fue una buena decisión, el caso de Brian Williams, comentarista estrella e imagen de la televisora NBC, fue toda una caja de sorpresas que empujó no sólo a hacer cuestionamientos acerca de la labor periodística en los Estados Unidos, sino incluso impulsó el escrutinio de las “historias” militares de algunos políticos renombrados en ese país.

A inicios de este año comenzaron los rumores de que la historia que contaba desde hace 12 años Brian Williams, acerca de su participación en un incidente en Irak no era cierta. Williams, debió disculparse por decir que estaba en un helicóptero que fue blanco de una granada propulsada por un cohete mientras cubría la guerra de Irak en 2003. En realidad, fue otro helicóptero de la flota el que recibió el impacto, y algunos veteranos involucrados en la misión lo dejaron al descubierto.

Más allá de lo jugoso del chisme, y de la vergüenza que significa para un medio de comunicación que una de sus estrellas en materia de noticias sea descubierta en semejante mentira, lo que a mi más me sorprendió del enredo fue la reacción de la empresa ante este “gravísimo” asunto que destruyó, a mi forma de ver, la credibilidad del medio ¿Creerías alguna de las noticias difundidas a través de «Nightly News”, programa en el que Williams era ancla? Yo no!

NBCLa reacción de NBC ante esta tremenda crisis fue lenta y poco efectiva. Al principio las declaraciones fueron tímidas y la acción tomada, poco contundente. Se hablaba de suspenderlo por 6 meses y retenerle la paga. Una medida blanda que de alguna manera fue percibida por muchos como un intento de la cadena de minimizar el incidente. Algunos dicen que todo esto se debe a que la cadena de TV ha basado su éxito en los últimos años precisamente en este periodista que convirtió las noticias en entretenimiento.

La presión creció entorno a NBC e incluso, se dieron a conocer algunas otras dudosas historias de las pericias periodísticas del individuo en cuestión, como sus reportajes relacionados con el huracán Katrina, en el que dijo «Yo he ingerido accidentalmente un poco de agua de la inundación. Me puse muy enfermo de disentería”. Poco después, el ex director de salud de la ciudad de Nueva Orleans, el Dr. Brobson Lutz, entrevistado por el medio «The Advocate Nueva Orleans», dijo que no recordaba un solo caso de gastroenteritis durante Katrina.

NBC no pudo controlar las declaraciones del propio Williams, que a medida que se disculpaba, empeoraba las cosas. El colmo fue llegar a decir que por el estrés “había cometido un error en el recuerdo”. Pero aun peor, sus propios directivos seguían insistiendo que había que respetar los años de carrera intachable de Williams, sin darse cuenta que esa carrera intachable hoy está en duda de principio a fin.

No digo que NBC debió crucificar a Williams, pero si considero que debió hacer un mejor control de daños, y entender que lo que estaba en juego no era sólo la credibilidad del periodista, sino también la de la empresa.

No quiero adentrarme en el tema de la “noticia espectáculo” que este señor popularizó, creo que es un debate que los periodistas y empresas de medios deben dar ¿Hasta dónde se puede llegar para hacer atractiva una noticia? Para Williams al parecer no había límite para esto.

¿Qué hubieses hecho tu si estuvieras a cargo de NBC?

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