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Activos intangibles, Ambiente, Democracia, Responsabilidad Social Corporativa, Transparencia

RSE y parlamentos

El día de ayer asistí a un evento organizado por la Organización de Estados Americanos (OEA), la Asociación Panameña de Ejecutivos (APEDE / @apedeorg) y la Asamblea Nacional de Panamá, un encuentro que marca el punto de partida para la apertura de espacios de diálogos intersectoriales (sector público, privado y sociedad civil) acerca de la Responsabilidad Social (RSE) como práctica para la profundización de la democracia.foco-ahorrador-768x1024

El concepto desarrollado por la OEA es muy interesante, parte del principio de que los órganos legislativos pueden, a través de la inclusión de ejes de responsabilidad social en la formulación de las leyes, promover en la agenda pública y privada temas como derechos humanos, inclusión, sostenibilidad, entre otros.

El proyecto titulado «Una visión de la Responsabilidad Social Empresarial desde el Congreso», «busca compartir conocimiento sobre el alcance y contenido de la RSE y las ventajas de su aplicación, así como proporcionar capacitación a legisladores y asesores de América Latina sobre los beneficios potenciales de la incorporación de lineamientos y valores de RSE en su gestión cotidiana para la toma de decisiones».

Este proyecto ha sido llevado a Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Panamá, entre otros. Los objetivos específicos del proyecto son:

  • Generar espacios de diálogo y reflexión entre legisladores acerca del rol del Congreso en materia de Responsabilidad Social Empresarial, teniendo en cuenta que  este tema no se legisla, sino que se incentiva de forma voluntaria.
  • Capacitar a los Legisladores y Asesores sobre la incorporación de la perspectiva de la Responsabilidad Social en la gestión Parlamentaria.
  • Promover alianzas público-privadas que generen sinergias entre actores sociales, económicos y gubernamentales para el desarrollo.

La transparencia como eje fundamental

Si una cosa me quedó clara con este evento, es que la transparencia es, por lo menos en estos momentos en Panamá pero también lo he visto en otros países de la Región, el tema sobre el cual los tres sectores quieren y necesitan conversar. La corrupción, práctica muy extendida en nuestros países de América Latina, sumado a la opacidad de la gestión pública es hoy por hoy la principal causa de la poca confianza que tenemos en nuestros gobernantes, a pesar de que votamos por ellos.

De un lado empresarios y sociedad civil, claman porque las instancias de gobierno promuevan ambientes de desarrollo a través de leyes inclusivas, respetando la institucionalidad y promoviendo la rendición de cuentas, por el otro el sector público pide que el sector privado se acoja a prácticas de transparencia y negocios éticos. Al final todo el mundo está hablando de lo mismo, el problema es que en el medio hay mucha desconfianza creada por varios años de malas prácticas y promesas no cumplidas.

Parlamento-PanamaMe encanta la frase de Fukuyama que dice que la confianza es la base del bienestar de las naciones. Me gusta porque creo en ella fielmente y porque puede extrapolarse del ámbito de lo público a lo privado. Uno de los expositores de ayer, mi buen amigo Italo Pizzolante (@italopizzolante), comentaba que hoy la falta de transparencia cuesta dinero, no sólo para las empresas para las cuales la obtención de capital se hace cuesta arriba cuando hay percepción de poca rigurosidad en sus manejos, sino también para los Estados que son calificados por un sin número de organismos internacionales y de igual manera la obtención de créditos e incluso las alianzas intergubernamentales terminan dificultándose por falta de confianza.

Hablando el mismo Código

Una de las intervenciones que más me gustó del evento fue la realizada por la representante de una fundación que pertenece a una gran empresa de telecomunicaciones. Esta persona decía, que el primer paso para poder comenzar a conversar acerca de proyectos o iniciativas era que todos los allí presentes pudiesen hablar en el mismo lenguaje.

Este detalle, que parece tan mínimo, es medular para desarrollar cualquier acuerdo. Las relaciones humanas se basan en el lenguaje, si no somos capaces de entender de lo que se está hablando en materia de RSE y las implicaciones que esto conlleva tanto para el sector público como el privado, va a ser muy difícil que se lleguen a acuerdos o si quiera que realmente se abran espacios de diálogos.

En este sentido la intención es trabajar con los parlamentarios y con los técnicos de la asamblea, para comenzar a “masajear” los conceptos implícitos en la RSE y cómo éstos pueden traducirse en hechos concretos bien sea a través de programas que desarrolle el parlamento como organización o a través de la formulación de leyes en las que los ejes estén presentes.

Creo que de este tema hay mucho que analizar y discutir, es un camino largo pero que puede, si las voluntades siguen sin desviarse, generar grandes impactos para la sociedad panameña. De seguimiento y participación dependerá de que se logren las metas propuestas.

Si quieres más información del tema envíame un email y no olvides suscribirte al blog  🙂

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